Incluso muerto, Ike Manitoba no paraba de hablar. Siempre tenía palabras para dar y regalar. Le enervaba no saber qué decir cuando se quedaba sin palabras para expresar sus ideas así que se inventó un nuevo lenguaje. Ahora podía expresar lo que quería y más allá. Sí, es ése de allí: el que habla solo. Dicen que es esquizofrénico pero, en realidad, está hablando un lenguaje que nadie entiende.
¡Que curioso! Ya me contarás la historia de ése que tiene flato
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