jueves, marzo 20, 2014

Noche de tapas


Viajando en una nube rosa rumbo a calatayud, un rumbero romano y un filibustero peruano discutían sobre la necesidad altruísta de dar sin recibir. El primero defendía lo indefendible y el segundo atacaba lo "inatacable". Por suerte, el ágape hizo acto de presencia. Croquetas de jamón y queso y croquetas de salfumán, zumo de naranja y alcohol del barato.Al final, quedó solo una croqueta y ésta nos agradeció no haberla comido y nos deleitó con una par de versos rebozados.

Pero, pasados unos minutos, el rumbero romano y el filibustero peruano volvieron a discutir y yo, que no había dicho nada de nada, les dije que todos eramos ñpmidsp. Y ellos, no sé si cortésmente o no, me dijeron: La croqueta habla mejor que tú. Yo miré a la croqueta y ésta asentía firmemente. Cogí la croqueta y me la comí. "Egta muy buerna", dije yo y el rumbero romano y el filibustero peruano ser rieron muchísimo. Cuando llegamos a calatayud, nos despedimos los tres para nunca más volvernos a ver

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