Tacto suave, dedos finos y amables. Sinceridad a medias, defensa a ultranza de lo intangible. Un paso, muerte figurada en una retrete de horchata. Es tocarlo y derrumbarse. Todo el insípido suelo está mojado y mis pies empapados piden cinco minutos de atención. Levanto el izquierdo y lo sacudo, diminutas gotitas de horchata se esparcen como la belleza en primavera, Al poner el pie en el suelo, un golpe seco se convierte en ritmo. Empiezo a bailar flamenco de una manera apasionada y amateur. Diez minutos estoy sintiendo el tremendo flow. Salgo del cuarto de baño y todos, al unísono, me gritan:" ¡Te has estado tocando!

No hay comentarios:
Publicar un comentario