jueves, octubre 25, 2012

Impropost


Mi sueño era acariciarte el corazón y decir frases absurdas para despistarte. El tuyo era enamorarte de alguien que te hiciera (o hiciese) daño.
Un día, mi pupila se clavó en tu pupila y, en ella, me vi reflejado. Toda la vida pensando que yo era yo y resulta que era un desconocido para mí. Pero, a pesar de esto, no pude hacerte daño.
Así que levantastes el vuelo y no pude seguirte. Miento, pasé olímpicamente de seguirte.
Con mis automatismos y mis dudas convivo pero no me tiembla el pulso en pedirte por última vez que me la mames.





p.d.: ¿Pero qué cojones?




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