miércoles, enero 27, 2010

Martes por la tarde


Joder, después de tanto tiempo anhelo ver el sol mañana. He tenido mis más y mis menos con todo, con el sol, con la luna, con la sinceridad...Sabrías de lo que hablo si hubieses o hubieras cedido hace tiempo, pero has preferido adornar las sombras con gelatina de fresa. ja!, además pretenderás pensar que la eternidad es gratuita y/o fortuita cuando nada de eso es verdad. Y las piernas deciden cambiar el rumbo, fingir parsimonia cuando enfoco la mirada al horizonte y no veo nada. Miento, veo algo, pero no son dragones. Ni faisanes, que ahora mismo no me acuerdo cómo son. Nada, que miro por hacer algo, por no volar o rascarme la oreja.

Mi rey, señor de todo, de los poros de mi piel que tiemblan ante un simple rayo de sol, te hablo para engañar al que me observa, para engañarlo a base de gestos poco grotescos y sibilina maldad. Le debo unas cuantas

Bla,bla,bla,bla,bla,bla.

Dinos el desenlace.

Pues el rey resultaba ser el bueno de la historia, los villanos muy malos y el resto simples palabras para engañar al sol. Siempre hay que mentir para no ver nuestra sombra. Ja!



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