martes, febrero 24, 2009
Girls on riot
Cuando ella vomitaba, él se excitaba. Hasta que ella descubrió que su pareja le había engañado: los tornillos no eran comestibles. El tedio reinó en el resto de la relación: ella vomitaba de vez en cuando, pero sólo para complacerle.
Hasta que, un día, al vomitar salió una chica igual que ella... Él se frotó las manos, pero ellas se declararon en rebeldía. Él las asustó, pero ellas empezaron a vomitar dobles de ellas mismas y formaron un pequeño ejercitó. Compraron la isla de Formentera y se autodenominaron amazonas.
Por supuesto, él acabó comiendo su propia...
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