Oeste I

Se inaugura esta semana la temática del Oeste. Y es que el antiguo oeste era una época de aventuras. Los pistoleros dormían a la intemperie. Podían estar semanas en lo alto de una montaña, escondidos tras dar un golpe. O puede que por tener deudas pendientes.
Pienso que tanto tiempo en una montaña debía afectar terriblemente al aroma corporal. No existían desodorantes.

En la actualidad, existen auténticos pistoleros, como en el antiguo oeste. Y no por llevar pistolas, sino por ese olor a sobaco cavernícola que echa p´atrás.
Señores, ¿tan difícil es echarse un chorrillo de desodorante? ¡Cómo debía ser las tabernas! Seguro que parecía un concurso de sobaqueras. Y es que el verano es sinónimo de calor más mal olor.

Así, este es un llamamiento a la gente que en verano vive como un vaquero. A la gente que huele a caballo pero que no tiene ninguno. A la gente que cree que saltarse las normas implica oler mal. ¡¡Iros a California!!!!!