jueves, septiembre 28, 2017

Lo difuminado del movimiento I


¿Recuerdas las tardes taimadas y azucaradas que nunca vivistes? ¿Aquellas de las que no fuiste participe, pues no estabas, pero que te habían contado mil y una veces diciéndote que eran una maravilla, que la espectacularidad inundaba la totalidad de nuestros sentidos hasta hacerles llorar? ¿Recuerdas?



Pues han vuelto otra vez. Las tardes vuelven a ser sofisticadas, leyendas de belleza crepuscular que acaricían el alma hasta tener algo parecido a un orgasmo. Ya sabes cómo funciona esto de la fatalidad, viene y va como quiere


Por suepuesto

¿Podrás ser tú testigo de semejante belleza?

Claro: yo soy esas tardes. No soy consciente de serlas, pero las soy. Observa


No hay comentarios: