lunes, abril 07, 2014

El final de la trilogia del lunes lunero


El jaleo se oye en casa ajena. Ni idea de lo que hablan ( si es que están hablando). Ni idea de lo que ríen (si es que están riendo). Ya sin música interior, se antoja el momento solemne que es ocultado por la interrupción. Y ésta e ejemplarmente rutinaria. Y ya está. Nada más y nada menos. Y no se puede denunciar ni quejarse a la autoridad que pertoque (siempre hay una...Aunque sea la nuestra). Y esto es así. Es lo que hay. Tantos segundos para tan pocas desidias.

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