martes, noviembre 13, 2007

La Sociedad Matriarcal


Cerré tanto los ojos
que sin ellos me
quedé.
Grité tanto que mi
cabeza en boca
se convirtió.
Tan lento caminé
que mis pies
desaparecieron, y mis piernas también.
Chasqueé tanto los
dedos que mis
manos se agigantaron.
Lo único involuntario
fue lo del ombligo:
fue él solo el que
creció tanto que
hizo desaparecer todo
el tronco.
Y así es como
fui absorbido por
mi ombligo.
Y ahora soy
un simple
ombligo con
forma de culo.

No hay comentarios: