miércoles, julio 18, 2007
Yeti y su confeti
Tras arduos años de peregrinación y de búsqueda incesante, topamos con unos de los pocos hombres de Sikkim que estaba dispuesto a darnos una pequeña ayuda en nuestra investigación: encontrar al Yeti.
El hombre formuló una pregunta, si acertábamos, nos diría donde se encontraba el grande y peludo monstruo. Nos dijo: ¿Cuál es el colmo de un onanista compulsivo?
Nos quedamos boquiabiertos. Nos reunimos entre nosotros para dilucidar una posible respuesta. No podíamos fallar. Y pasaron los días, los meses, los años. Nuestra paciencia nos pudo, y nos rendimos.
El hombre, que estaba ya en los últimos estertores de la vida, sonrió. Le dijimos que no sabíamos la respuesta. Y él dijo: "tener hijos" y, de la risa, se murió.
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