jueves, junio 28, 2007

Me lo dijo Pérez...


Era un sitio bastante raro. No habían personas en sí, sino anos. No podía hablar con ellos físicamente, pero si telepáticamente. Me explicaron que habían destruido el ideal de belleza, aunque yo diría más bien que los sustituyeron por otro más conveniente. Les pregunté por el Señor Ruud pues tenía que entregarle unos paquetes. Me contestaron que el Señor Rudd había muerto el año anterior, durante una cargolada.
Volví a la central, y se lo expliqué todo a mi jefe. me dijo que volviese y preguntara por un familiar.
Al volver, ahora se llevaba un nuevo ideal de belleza: los ombligos.
Decidí quedarme con el paquete y volver más tarde, pues todo el mundo sabe que los ombligos no pueden hablar.


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