lunes, agosto 14, 2017

Al rico baile


La decadencia de la noche, hermética en su contexto pero expansiva en su ser, reservaba para sus estertores una última sorpresa. Apadrinados ya todos los desconocidos, estos se sumaron al ritual de la despedida. Las palabras eran efusivas, de corazón, eran caramelos de sabor eterno. El ritual seguía su curso, todo amabilidades, hasta que me acordé de su sonrisa, presente en toda la noche, presente en todos los bailes,y quise recuperar todo el tiempo perdido.

Mentalmente, pensé en tres versos, pero solamente pude decir...

“ ¿Qué hora es?”


Y todos se rieron. Y yo también me reí.

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